La paz es difícil, pero posible
Antes de iniciar la ejecución de la obra pictórica, cuyo título encabeza este escrito, el pintor consideró necesario meditar los muchos problemas relacionados con este tema de la paz, tan importante para el ser humano, con el fin de crear una pintura que tenga la fuerza necesaria para mostrar la temática que expresa dicho título y poder llegar perfectamente al espectador.
Antes de iniciar la ejecución de la obra pictórica, cuyo título encabeza este escrito, el pintor consideró necesario meditar los muchos problemas relacionados con este tema de la paz, tan importante para el ser humano, con el fin de crear una pintura que tenga la fuerza necesaria para mostrar la temática que expresa dicho título y poder llegar perfectamente al espectador.
La paz es una virtud que da a las personas tranquilidad y sosiego y lleva implícito el amor y el respeto a los demás, ayuda al prójimo, bien espiritualmente, bien materialmente, reconcilia y da buenas relaciones entre las personas, especialmente, en las familias, en los tratados o convenios entre las naciones, para evitar o poner fin a las guerras, sin embargo, la paz es uno de los valores de la humanidad más sensible y frágil, pues hoy día, en general, el mundo es más egoísta en detrimento del amor en las relaciones humanas.
Por otro lado, la vida es difícil y está llena de problemas que nos quitan la paz con frecuencia y nos hacen vivir el día a día con preocupación y nerviosismo, aunque los problemas van inherente a la vida y desaparecen cuando esta acaba.
Dicho esto, o sea, las razones que motivaron al pintor a realizar la obra que nos ocupa, dándole una importancia excepcional por su temática, y con el fin de que el espectador pueda identificase con la obra y comprender la inquietud de dicho pintor respecto a su ejecución y visualización mediante un surrealismo figurativo. Refiriéndonos al cuadro en cuestión, diremos, que los deseos de paz imperan en todo el mundo y provienen de Dios, los cuales, están representados por palomas de color blanco por la pureza del mensaje divino, llevando en sus picos unas ramitas de olivo, emblemas de la paz, cuyas palomas vienen en grandes bandadas a todas partes de nuestro planeta
a dejar dicha paz, a su vez, por los cuatro puntos cardinales de la tierra, norte, sur, este y oeste, aparecen pares de manos humanas tratando de coger una de esas palomas, lo cual demuestra, que el mundo necesita la susodicha paz, pero los muchos nubarrones que vemos en el cielo, que representan los variados e importantes problemas que surgen en el momento que se inician los debates sobre dicha paz, dificultan el éxito. Los nubarrones correspondientes a la parte derecha, de color rojizo, muestran una esperanza en coger una de esas palomas de la paz, pero los otros nubarrones en la parte izquierda, cuyas coloraciones van de tonos rojizos a violáceos oscuros, manifiestan una pérdida progresiva de dicha esperanza, pues las palomas vienen preferentemente por la derecha y se van por la izquierda. Por tanto, vistas las circunstancias apuntadas, resulta generalmente difícil, que las citadas palomas puedan ser atrapadas por los humanos, y por tanto, fallido el intento, estas vuelan de vuelta, sin las ramitas de olivo, para hacer futuros viajes, por esta razón, vemos en el citado cuadro unas palomas que vienen y otras que se van, pero ninguna ha sido agarrada por las referidas manos.
Para mejor comprender la obra pictórica que nos ocupa, consideramos dos clases de paz, la doméstica y la internacional. la primera, menos complicada, corresponde a las personas en general, a las familias y a los pueblos de una nación, en los que hay cierta correlación cognoscitiva y cuyos esfuerzos para conseguir esa paz son relativamente fáciles, si bien, esta paz puede ser menos duradera. Como podemos ver, el símil que se ha utilizado, es el de las palomas blancas citadas anteriormente. La segunda, la paz internacional, tiene características diferentes por ser más complicada y compleja, en particular cuando se trata de los grandes movimientos migratorios que huyen de las guerras para encontrar un lugar de paz y convivencia, dando lugar a grandes dificultades por los egoísmos, intereses y características de las distintas naciones. Los símiles usados en esta paz internacional son, además de las susodichas palomas blancas, dos manos unidas mostrando un manojo de espigas.
Dicho lo anterior y volviendo a la obra pictórica, vemos en primer plano unas manos abiertas y juntas, como esperando coger o recibir algo, que representan a todas las naciones que buscan la paz, y por tanto, al estar unidas dichas manos pronostican un principio de acuerdo. Entre los dedos pulgares y sobre las palmas de las manos, hay un manojo de cereales con sus espigas correspondientes, comida favorita de las palomas, que sirve de cebo para estimular su venida y facilitar su captación y consecución de la paz. Con ello queremos decir, que cuanto más fácil hagamos las cosas mejor resultado tendremos. Se ha elegido el símil de las espigas, porque los granos correspondientes a cada espiga están unidos o apiñados dando idea de unión, y a su vez, si los sembramos en tierra buena abonada, dan vida a otros granos, de la misma forma, cuando se unen las naciones como granos de una espiga y siembran buenas ideas sobre un tema determinado, en nuestro caso, la paz, conseguirán una buena cosecha de bienestar para la Humanidad. Por tanto, visto el símil utilizado y teniendo en cuenta que estamos hablando en un sentido metafórico y surrealista, las citadas buenas ideas llevan consigo, que las naciones que participan en el acuerdo de paz, deben mostrar predisposición, reunirse en lugar adecuado, acercando sus distintas propuestas, dentro de un ambiente cordial, evitando el lenguaje ofensivo, no mirándose como enemigos, tomando el tiempo necesario para llegar a un acuerdo, con la mente abierta y receptiva, dejándose a un lado los intereses nacionalistas.
Naturalmente, esto no quiere decir que siempre va a ser igual, la vida es muy cambiante y las circunstancias no siempre son las mismas. Finalmente, acabamos este escrito con el título del mismo, «La Paz es difícil pero posible«, pues es cuestión de paciencia y de insistencia, esta es la receta de la vida, con la cual todo es imposible.
Obra comentada por el maestro pintor de óleo Juan Rico López