La danza de las manzanas

La relación entre el hombre y la mujer es la base de la problemática de la vida humana, amor, odio, envidia, deseo, riqueza, pobreza, familia ect. Pues bien, el referido cuando representa el cimiento de esa relación humana, o sea, la atracción mutua entre hombre y mujer con la que todo ser humano nace; y la manera bíblica e idealizada en que ésta tiene lugar. En definitiva, el pintor Ricolópez quiere representar la multiplicación del ser humano.
Para llevar a cabo este mensaje, se pintan tres mujeres, tres Evas danzando rítmicamente en el paraíso terrenal, ataviadas con largos trajes blancos a fin de atraer, con sus gracias y encantos representados por las abundantes manzanas, al sexo opuesto, o sea, a los Adanes si utilizamos un lenguaje bíblico.
La mujer de la derecha representa a la Eva madre del género humano, a la primera mujer que Dios puso en la Tierra, perfecta, ponderada en sus movimientos, de belleza serena, adecuadamente equipada, casi divina y diva de la danza.
La Eva del centro representa a todas las mujeres, Evas, descendientes de la primera, madres, esposas, mujeres maduras en los vaivenes de la vida, alegres en sumovimientos, seductoras, un poco irreflexivas y alocadas, en definitiva, humanas.
La Eva de la izquierda es el prototipo de las jóvenes que se incorporan a la danza de la vida, aleccionadas por las otras dos experimentadas Evas, poco atrevida, modosita en su comportamiento, todavia con poca gracia y encantos, tan solo lleva en sus manos una manzana, coronada con una guirnalda de margaritas blancas simbolo
de pureza e inocencia.
Por otra parte, en el cuadro predomina el número tres, tres son las Evas y tres son las manzanas que componen cada uno de los seis grupos que se forman con las 18 manzanas pintadas. Pues el número tres representa multiplicación en la reproducción del ser humano. Cada pareja que como minimo tiene tres hijos multiplica la especie humana, cosa que no ocurre cuando se tienen dos, pues en este caso dos se van, los padres, y dos se quedan, los hijos, con lo cual el género humano se conserva, pero no crece, no se multiplica.
Independientemente del tema, la pintura es una sinfonía de colores en donde los azules turquesa y los verdes esmeralda del mar adquieren un protagonismo especial.

Obra comentada por el maestro pintor de óleo Juan Rico López

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